jueves, 28 de julio de 2011

Nos reímos. Y seguimos riéndonos así. Hablando sin saber muy bien de qué ni por qué. Después decidimos colgar, prometiendo que nos vamos a llamar mañana. Es una promesa inútil: lo hubiéramos hecho de todos modos. Cuando perdés tiempo al teléfono, cuando los minutos pasan sin que te dés cuenta, cuando las palabras no tienen sentido, cuando pensás que si alguien te escuchara creería que estás loco, cuando ninguno de los dos tiene ganas de colgar, cuando después de que ella colgó comprobás que lo hizo de verdad, entonces estás perdido. O mejor dicho, estás enamorado, lo que, en realidad, es un poco de lo mismo...

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