viernes, 15 de julio de 2011

Anda pidiendo besos a aquella persona que prometa NO enamorarla ni dejarla tirada. Ella busca sus ojos, no los encuentra, están llenos de lágrimas. Vacía está, sin saber que rumbo tomar. Existe la persona que borre esas penas que sufre, no hay quién pueda hacerlo, mejor dicho, quien se atreva a mirarla. Sólo sabe que permanecerá en soledad hasta que él se digne a buscarla y cuidarla. Pero, si es capaz de hacerlo, en él se ve miedo y vergüenza. Dejó que un beso no valiera nada, se bajo del viaje largo de su corazón y ahora está sin fe, pesan esos besos que no se dieron y aún pesa más los motivos que ella tiene. Hay algo que ella no entiende, y es que como le gusta tanto su mirada, su boca, sus ojos, su engañosa “amistad”. No sabe como pudo caer tan bajo, y aún así ella lo sigue esperando.*

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